Postales desde Vestiario: Madrid estaba allí

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“Querida Verónica:
Ahora que la policía os acosa y que se acerca el inminente fin de este experimento sobre otras formas de habitar posibles, desarrollado en el espacio Vestiario, he pensado que, ya que no podremos lxs turistas ir a visitar uno de nuestros lugares favoritos de Madrid, pues que al menos nos queden sus postales como lugar de interés cultural que ha sido para bastantes personas.
Quedaría con estas postales un objeto físico reproducible hasta el infinito, con el que decorar nuestros hogares y alimentar nuestros imaginarios. Con la imagen de ésta que os envío se hace visible la sensación que tuve estando allí: que Madrid estaba en Vestiario”

En aquella experiencia madrileña de la que hablé hace ya mes y medio, sucedió algo al inicio del viaje que desencadenó toda una serie de acontecimientos enriquecedores para mí. Se trató de una casualidad: coincidí en el Blablacar de ida con Verónica Francés, sin que ambas supiesemos que habíamos escogido la misma furgoneta (que por cierto era la casa de la conductora) hasta que nos encontramos en una rotonda a la misma hora.

A Verónica la había conocido fugazmente hacía unas semanas en unas charlas donde ambas contábamos nuestros Proyectos Finales de Carrera (PFC), estrategicamente sugeridos junto al de otras arquitectas, por nuestro exprofesor (el ex sobra en realidad porque seguimos aprendiendo de él) y amigo, Enrique Nieto. De entre todas las cualidades que tiene el trabajo de Verónica uno que marca para mí la diferencia es que vivió en su PFC, titulado DIARIO DE UNA ARQUITECTA. Lo hizo durante su realización y aún a día de hoy, aunque quedan días para que desaloje una parte de éste, vive en él. Me estoy refiriendo al espacio V_estiario: “la domesticación a coste cero de 170 m2 de uso industrial que seis personas hemos reapropiado como espacio habitacional y de producción cultural, añadiéndolo como nodo de la contrageografía.” en palabras de la autora.
Si pinchais en los enlaces podreis conocer la investigación completa, a través de los diferentes medios de comunicación que Verónica utilizó precisamente para convertir su experiencia en un conocimiento apropiable y reeditable por otros.

Volviendo al viaje de ida a Madrid, yo tenía alojamiento en casa de un amigo. Se trataba de un piso reformado elegantemente, que había pasado de tener tres dormitorios a uno solo. Es decir, la reforma tipo pensada para solteros y jóvenes parejas con trabajo y sin hijos. Estuve unos días en este piso, pero no quería perderme la oportunidad de conocer en persona y habitar el espacio Vestiario, así que me fui a pasar allí uno días y he de confesar que hasta que no lo viví no comprendí del todo su valor. Quiero decir, que fue estando allí cuando tuve claro que se trataba de una experiencia real, fruto de una necesidad básica, la vivienda en ese momento y en esa ciudad, y de infinidad de deseos que rondaban las cabezas de sus habitantes: una antropóloga, una historiadora del arte, una psicóloga, una arquitecta, un sociólogo, un comunicador audiovisual, como habitantes permanentes, más todas las personas que fueron partícipes de Vestiario, asistiendo a sus eventos o colaborando en su construcción contínua.

Supe que no sólo compartían espacio, sino que tenían un sistema de organización para la gestión de dicho espacio pero también para probarse en estas formas de habitar: la compra común de la comida (cuya austeridad he de decir me sorprendió mucho), la recogida de frutas y verduras deshechables por una tienda del barrio, las reuniones para la elaboración de los eventos…Hablamos también sobre los conflictos que se habían generado por una convivencia donde la privacidad acústica no existía y a veces los ritmos de vida no coincidían.

Comprobé también que las otras partes del PFC de Verónica siguen formando parte de su vida cotidiana, como asistir a las asambleas desde las que se trabaja por asegurar el derecho (y los deberes también) de vivienda, en diferentes modelos habitacionales según sean las circunstancias de las personas que las necesiten por las razones que sean; razones que se estudian en cada caso. Pude atisbar la intensa labor de estudio sobre la legislación vigente que se lleva a cabo en estas asambleas. Tanto es así, que su servicio empieza a estar reconocido por los propios jueces, que recomiendan a los propietarios de inmuebles okupados que se pasen por las asambleas para que les lean sus derechos, ;) El PFC de Verónica visibiliza, amplía y añade herramientas y/o conocimiento a ese underground madrileño al que me referí al final del anterior post, es decir, a esos espacio de contrapoder.

Ahora desalojan Vestiario porque no ha sido posible su legalización a pesar de haberlo intentado. En cualquier caso la experiencia y el conocimiento generado existen y dará paso a otra aventura habitacional que de seguro continuará esta investigación.

Finalmente, entre las conversaciones con Verónica, aquella en la que me contó un artículo que estaba escribiendo con Enrique Nieto. Un artículo sobre PFC y Género en el que ambos consideraron que debía participar, y yo encantada me uní. Lo comunicamos este Jueves 3 de Julio, en las XII Jornadas de Redes de Investigación en Docencia Universitaria. Se puede leer aquí: Metodologías de PFC desde una perspectiva de género y seguramente sea el causante de muchos de los sucesivos post de este blog. Siempre a mi ritmo, continuará...
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